JABÓN DE KARITÉ, CALÉNDULA Y MANZANILLA

Proporciona una piel más suave y regenerada. Jabón protector, regenerante muy calmante indicado para las pieles más sensibles, gracias a los beneficios del Karité , la flor de la manzanilla y la caléndula o “maravilla”

Son tantos los beneficios de sus ingredientes que voy a describiros brevemente algunas de sus virtudes:

Cuando llega la primavera a estas tierras manchegas donde la climatología es tan, tan extrema se agradece el maravilloso espectáculo de la floración, cada semana nacen flores distintas en nuestro jardín familiar es por eso q en esta época del año, comienza el ritual de la elaboración de mis propios “oleatos”, que no son otra cosa que maceraciones al abrigo del sol directo de plantas medicinales con aceites base, como el de oliva virgen de primera prensada en frío o el de almendras dulces.
La caléndula, es por vía tópica muy buena antiséptica y antiinflamatoria.


Ha sido usada con propósitos medicinales y en productos de belleza por miles de años. La usaron en la civilización Romana, Hindú, Árabe y otras. Actúa sobre la síntesis de nucleoproteínas,  y el colágeno, es el remedio ideal para la regeneración de los tejidos. Por ello es que es tan beneficiosa para el cuidado de la piel, pues ayuda a cicatrizar heridas y hasta a mejorar su aspecto.

La manzanilla romana es en primavera la estrellita de nuestro jardín crea un tapiz precioso simulando una alfombra de flores blancas y amarillas muy llamativo y de dulce aroma, por sus cualidades cosméticas diré que es emoliente, calmante y antiséptica muy eficaz para lavar heridas y para pieles atópicas.

El karité… necesitaría muchas palabras para describir sus virtudes cosméticas, dicen que la manteca de karité es uno de los secretos de la maravillosa piel, que a pesar de sus duras condiciones meteorológicas y de vida, lucen  muchas mujeres africanas
Su manteca se extrae de unas nueces que produce el árbol del karité, común en Africa Central, mediante un proceso muy artesanal.

Indicado para las pieles muy secas y deshidratadas, muy emoliente, suavizante, reparador, es capaz de devolver la elasticidad a la piel en un tiempo récord. Su principal virtud es su alto poder de regeneración, al no saponificar con un alcalino, conserva todas sus propiedades emolientes intactas. Las pieles más estropeadas renacen tras su uso y aplicación continuada.